Matilde Morcillo

Las relaciones anglo-griegas vistas desde la óptica española. Del establecimiento inicial a las guerras balcánicas (1833-1913)

Περίληψη

Las relaciones anglo-griegas comenzaron desde el mismo momento de la guerra de la Independencia griega en 1821, dado que ésta no la podía ganar Grecia sin la intervención armada de las potencias extranjeras, Inglaterra principalmente. Los diferentes Estados europeos se decidieron a intervenir tanto por simpatías a la causa helénica, como en aras de la estabilidad en la zona. También para asegurar el comercio en el Egeo, puesto en peligro por el corso griego y las represalias turcas. Por último, para apagar a una opinión pública ardiente pro-helénica. Terminada la contienda en 1830, Grecia era reconocida como reino independiente por la Convención de Londres de 7 de mayo de 1832, quedando estipulado que las Cortes de Gran Bretaña, Francia y Rusia se encargarían de escoger un soberano para Grecia. En definitiva, la política interna helena quedó hipotecada a las grandes potencias, cuya consecuencia inmediata fue el paso a nación subordinada y dependiente diplomáticamente de los intereses y voluntades de éstas. En 1833 Grecia establecía relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Aunque el inicio de las mismas estuvo marcado por la armonía y el buen entendimiento, no tardarían en surgir las primeras dificultades, provocando la consiguiente tirantez, que por otra parte sería una constante más o menos regular a lo largo de ellas. Quizá, el incidente más llamativo ocurrido durante los primeros años de las relaciones anglo-griegas fuera el ocurrido en 1849, al terminar el plazo fijado por Inglaterra para que Grecia satisficiese unas reclamaciones, que el Reino Unido reivindicaba por el comportamiento de ciertos empleados griegos. La contestación evasiva y poco convincente del gabinete ateniense fue más que suficiente para que Gran Bretaña retirase su legación de Atenas Mención especial requiere el “Affaire” de las islas Jónicas, que como se sabe en 1815 las islas se convirtieran en protectorado británico hasta 1864 en que fueron incorporadas a Grecia. Destacamos las gestiones diplomáticas para conseguir la anexión de dichas islas al reino heleno. No menos importante es el apoyo del Reino Unido a Grecia para incorporar Creta. Cuando los turcos ocuparon la Grecia continental en el siglo XV Creta quedó fuera de su alcance, no siendo anexionada hasta 1669. Con anterioridad, la isla había permanecido independiente primero y vinculada a Venecia más tarde hasta su incorporación a Turquía ese mismo año, para después ser definitivamente cedida a Grecia en 1912.

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